Eso le llamo yo a ser el que soluciona las emergencias.
Emergencias provocadas por otros fotógrafos incapaces –perdón- de terminar sus
trabajos como debieron. Lo digo con la experiencia de quien ha apagado muchos
fuegos, ha sido llamado a última hora para solucionar una portada, para salvar
el encargo de otro o para completar con imágenes de archivo un trabajo
inconcluso.
Se preguntarán algunos por qué existen fotógrafos bombero.
Existimos porque hacemos valer nuestro currículo al recibir una propuesta y eso
cierra puertas; existimos finalmente porque somos blandos y aceptamos ser el
parche que necesitan los directores de arte; porque, aunque parezca inverosímil,
los editores pagan ciertos “peajes” con algunos fotógrafos en un intercambio en
el que nunca está pactada la calidad. Y finalmente deben recurrir a terceros de
confianza para salvar su expediente.
He venido a escribir esta reflexión porque acabo de hacer la
portada de una revista francesa cuya única foto con mi firma será esa. El autor del reportaje de Xareta debería haber entregado alguna de las imágenes de su
reportaje válidas para ese destino y no lo hizo pero terminarán pagándole un
trabajo mal hecho.
Me queda un orgullo añadido a la duplicidad en esa profesión
de fotógrafo-bombero: nunca en treinta años nadie necesitó llamar a otro para
completar mi trabajo.
Posteko argazkia zoragarria da, Santi.
ResponderEliminarESkerrik asko. Azalean nahiko apurtuta geratzen da, baina...
ResponderEliminarPero cómo pasa eso? quiero decir; como es posible que el fotógrafo contratado no entregue fotos???no sé no lo entiendo.
ResponderEliminarArgazkia oso ona, zelan lortzen dituzu halako beharrak??? curiosidad!!!