6 de noviembre de 2011

OTOÑAR: Fotografiar el otoño


Dice el diccionario de la Real Academia Española que otoñar es para las personas "pasar el otoño". Para mí es fotografiarlo y como acabo de pasar varios días "otoñando" no me puedo resistir sin contarlo. Porque cada año aporvecho cualquier excusa, bien sea el reportaje que tengo entre manos, un viaje en tránsito hacia otro lugar o simplemente unos días de excursión, para escapar hacia el otoño. Recuerdo siempre esa expresión de que "nos quedan cuatro otoños" refiriéndose a lo efímero de la vida y entonces concluyo que es preciso aprovecharlos. Unas veces porque el calendario no acompaña con las posibilidades, otras porque la estación no es lo bastante propicia, otras porque el año no es tan hermoso como quisiéramos... la cuestión es que efectivamente nos quedan cuatro para disfrutar. Conclusión redundante: aprovechémoslos.
Este año es excepcional, o así me lo está pareciendo, en los bosques de Euskal Herria, incendiados de colores durante muchos días continuados, espectaculares en los gradientes de ocres y amarillos, convirtiendo poco a poco el follaje en manto húmedo en el suelo.
Fotografiar por puro instinto el bosque es un encuentro casi ritual con la naturaleza, con el sonido de la hojarasca al pisar sus alfombras, con el olor húmedo de las nieblas y la sorpresa desvelada tras sus formas fantasmagóricas. Vale la pena sentirse vivo. Se lo recomiendo a cualquiera, incluso sin cámara de fotos.







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