Emmet Gowin y su amada esposa Edith |
Él estuvo en Bilbao. Ahora que se ha ido quedan sus
imágenes. En la sala Rekalde, bajo una iluminación atenuada para proteger sus
copias en sales de plata y magistralmente viradas, todo ofrecido en un ambiente
que potencia la mirada intimista.
Emmet estuvo en Bilbao con su más preciado sujeto
fotográfico: su esposa Edith, a la que ha retratado durante toda su vida,
centro de su objetivo pero sujeto sobre todo de su alma.
Hay un mensaje que desliza cada vez que Emmet habla de su
trabajo: una implicación constante con el mundo que le rodea.
Y uno se pregunta escuchándole y viendo sus imágenes: ¿es un
retratista? ¿es un paisajista? ¿es un ecologista? Para terminar concluyendo que lo que pone en
sus imágenes es toda el alma, el amor por las cosas y el mundo y un modo de
relación que media inevitablemente con su cámara donde no solo mira sino que
admira.
La exposición de Rekalde es una retrospectiva producida por
la fundación Mapfre con casi doscientas imágenes que repasan el corpus vital de
Emmet en una propuesta cronológica donde descubrimos un recién iniciado
leiquista, un consagrado fuellista y un recién llegado digitalista. Pero sobre
todas estas técnicas de captura sobresale un copiado personalísimo y artesanal
que aporta un grado a esas pequeñas imágenes de su familia como a los paisajes
aéreos. Que retrate a sus queridos con frescura y amor parece lógico pero que
trascienda la superficie de las cosas arrancando un encanto impresionista en lo
que parecen solo paisajes pero son mucho más que eso es sorprendente y toda una
lección de fotografiar.
Emmet me fascinó desde algunas
imágenes a las que nunca puse autoría; ahora que le he escuchado hablar fuera
de ellas le reconozco mostrándose como un maestro artista.
Algunas de sus frases también son para escuchar:
Un paisaje mantiene su alma a pesar de las cicatrices y
el castigo que le inflige el hombre. Es eso lo que quiero mostrar.
Para mí, las fotos son una forma de retener,
intensamente, un instante de comunicación entre un ser humano y otro.
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