19 de abril de 2011

Miribilla jail

Olaizola II, un número 1
La final del campeonato de pelota en la modalidad de cuatro y medio ha tenido el frontón Miribilla por escenario. Ha sido una primera final que parece tendrá nuevas citas a juzgar por la respuesta del público a la cita de Bilbao.
Se jugó a la pelota y bien. Aunque quizás el partido hubiese sido más equilibrado si no mandara la economía en estas cosas de la pelota.

Pero aquí me traen otros propósitos más allá de la mirada deportiva. El frontón Bizkaia es grande, su estructura imponente y sus muros evocadores. Allí adentro sucenden cada día de partido muchas cosas, se producen muchos encuentros buscados y otros no tanto, se hace notable vida social. Pero si uno pasea la mirada entre pasillos de pronto descubre que el envoltorio del frontón es tan potente por fuera y por dentro que puede evocar fácilmente una prisión. Y eso tiene un doble sentido cuando sabemos que en la modalidad de pelota del "cuatro y medio" al espacio delimitado en el frontón se le denomina "la jaula". Allí batallan sólo los pelotaris pero hay más jaulas en Miribilla.

Pelea en la jaula

¿Piden libertad?

Añoranza del paisaje

Encerrado

Rejas y galerias

Huida imposible

Pasillos en la sombra

La visita

2 comentarios:

  1. ... y eso que fuiste a una final de pelota, ¿no?
    Por cierto, el dinero manda en la pelota, en el fútbol, el baloncesto...ciclismo... montaña...
    Primero fue el deporte, ahora el espectáculo. Seguramente siempre ha sido espectáculo.

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  2. No sé si estoy de acuerdo en esa categorización: deporte, espectáculo... te falta el término negocio que yo colocaría acaso por delante. Sin negocio nos qudaríamos sin espectáculo. Ese -el negocio- salva todavía la existencia de casi todos los espectáculos deportivos.

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