No me he podido resistir a seguir los pasos de Ander
Izagirre en su Cansasuelos y me he venido a Bolonia a ver el pito de Neptuno. Y
ahora estoy aquí, pisando la losa negra de la Plaza Mayor de Bolonia, mirando
al Zigant, al Neptuno musculado que domina
el escenario público desde lo alto de su fontana. Izagirre escribió en
Cansasuelos “Entonces veo que entre las piernas del dios de bronce sobresale un
gran pene erecto, un pene vigoroso, un pene que apunta a la catedral.”
Ahora lo veo o no lo veo, ahora miro después de
haber visto que desde el resto de los ángulos no hay engañufla posible y que es
cierto lo que Ander cuenta. Casi nadie repara en la cuestión, todo el mundo
demasiado ocupado a fotografiarse en selfi va selfi viene, con Neptuno o con
sus ninfas, con el cielo de Bolonia o con sus torres que parecen caerse.
Izagirre fue a Florencia caminando y ese es el
origen de su libro. Pero no, yo no iré a Florencia caminando. No me dejaría el
dolor de mi rodilla maltrecha. Ya no. Iré en el tren de mucha velocidad y entonces
terminaré haciendo cola en cualquier rincón de cualquier museo pero no dejaré
de mirar al Neptuno de la plaza de la
Signoria que esculpió en mármol blanco Bartolomeo Ammanniti que, según
Izagirre, “luce un pito más grande pero parece un dios blandurrio… …nada que
ver con la tensión del Neptuno boloñés de Giambologna” Prometo la foto del
Neptuno blandurrio: continuará.
naio sin pito como yo 😭
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