Es tiempo de pájaros. Es primavera. Es momento de migraciones. Envidio a los pájaros porque vuelan, envidio a los pájaros porque viajan. No les envidio porque viajan obligados por las circunstancias, porque deben huir del frío y se hacen emigrantes viajeros por necesidad. Pero sí porque me gusta el viaje y porque me gusta mirar desde allí arriba para ver distinto lo cotidiano y también lo inhabitual de nuestra tierra.
También me gustan los pájaros porque fabrican fantasías en el aire, crean dibujos y formas, organizan caprichos efímeros y conciertos sonoros que luego se van a otro sitio dejando solo el recuerdo.
No puedo ser pájaro así que me quedaré con sus imágenes y sus sueños intentando emular su vuelo para mirar desde arriba a mis paisajes y parajes.
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