El norte traía las nubes, las nubes tapaban el sol y
lo mismo se ha empeñado en hacer la luna. La luna se ha plantado en medio esta
mañana y ha dejado al sol esquelético, parecido más a una luna extraña moviéndose entre las fases menguante y creciente que al astro rey. Me ha sucedido esto y así he andado eclipsado
por Valdorba, esa tierra navarra que canta Benito Lertxundi.
De nuevo en
Navarra, ahora entre románicos viejos y nuevos verdes de campos de mieses apuntando a la primavera desde el último día del invierno. Eclipsado, con la ayuda de las nubes y un poco de estrategia
elaborada de víspera, he conseguido que entrara en mis cámaras el tercer eclipse
de sol que me ha tocado vivir. Acaso sea el último pero este seguirá también en
mi memoria: inquietante, puntual, enigmático y terriblemente plástico: el eclipse parcial de sol de 2015
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