28 de febrero de 2014

Un oso escapa en Elizondo y causa el terror entre los niños de la escuela





Aunque el periodista Ander Izagirre nos avisaba de urgencia hace dos días de la explosión primaveral por los campos de Navarra un ramalazo de vientos del norte han traído de nuevo la desolación a las montañas en forma de temporal. Tronaba, relucían rayos y relámpagos, granizaba y nevaba bajo el aullido de un espantoso viento por las montañas que dibujan el horizonte del Baztan. 
Sin duda esa ha sido la causa, despertar primaveral y coletazo del invierno, que ha llevado a un enorme oso a campear a sus anchas por las calles de Elizondo. Pese a lograr ensogarlo nadie ha podido impedir que se colara en el gran edificio de las escuelas y causara el pánico entre los niños.
 El oso se ha atrevido a entrar en el edificio, subir por las escaleras y entrar aula tras aula en todos los recintos cerrados tras una puerta. No hace falta explicar los gritos de terror que se han podido oír por los pasillos. No bastante satisfecho, el peludo animal, con aspecto de fiera añosa, que todo hay que decirlo,  se ha colado en el campo deportivo donde algunos menudos salían al recreo matutino. Carreras y rostros de miedo se han mezclado con algunos intentos infructuosos de espantar a la fiera a balonazos.
Ha sido por fin la música la que ha terminado por aplacar la ira del bicho. “Sagardantza” y “Lantzeko zortzikoa”, como un bálsamo mágico, han logrado que el oso de Elizondo terminara abrazando a niñas y niños.
Mientras tanto llovía en el valle pero por los bosques de Artesiaga y praderas de Saioa la nieve se hacía dueña de los paisajes.
Son cosas que pasan por carnaval. En Baztan y en Navarra.




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