Está de moda que los ayuntamientos tengan “gabinete de
prensa”. Eso es bueno si emplean profesionales del gremio. Pero es peligroso si
sólo son la voz de su amo, si sólo están para provocar el incremento de
apariciones del nombre del municipio que les paga en los medios informativos.
Escribo esto de nuevo contrariado después de que se haya
anunciado en la prensa la presencia y excavación arqueológica de un cañón hallado
en la playa de Lekeitio, enterrado bajo la arena del río Lea.
Por razones profesionales que no vienen al caso estaba
interesado en el asunto y logrado información privada que me permitió acudir a
la excavación para obtener fotografías del procedimiento. Sabía incluso el día
y la hora en que se iba a proceder al izado a la superficie fuera del agua del
presunto cañón. En relaciones con otros periodistas incluso me reservé unos datos
que creía confidenciales con ánimo de respetar toda la discreción precisa para
un trabajo científico.
Llegó el primer día de los tres que debía durar la excavación
y no tardó en presentarse la responsable del “gabinete de prensa” del
ayuntamiento. Fotos a diestro y siniestro, recogida de datos (teorías sin
confirmar) y comunicado a los medios, con fotos gratis por cierto, que en sus
medios digitales del segundo día y en el papel del tercer día de excavación
arqueológica daban cuenta de esta información anunciando la extracción de un
cañón británico.
Trabajos de excavación |
Trabajos de excavación |
Llegado el tercer día, previsto para ver el objeto de excavación fuera del agua, el público se reunía numeroso en torno a la máquina que debía proceder al izado de una pieza que se había advertido debía pesar más de 700 kilos. Tras la espera a la autoridad en la materia se procedía con la bajamar a la maniobra que permitía tener completamente a la vista el la pieza de metal, hasta entonces sumergido en agua y arena. Los arqueólogos no dudaron un instante: es la chimenea de un barco de vapor.
No suele ser muy frecuente que los arqueólogos sepan lo que
hay bajo tierra antes de sacarlo aunque lo intuyan. Por eso la prudencia
científica debe obligar a un periodista a reservar una duda antes de
proporcionar una información. Y esto debería ser extensivo a los gabinetes de
prensa de cualquier administración pública.
Hoy he repasado una lección que tenía bien aprendida: nunca
hay que vender el oso antes de cazarlo.
La pieza arqueológica sale del agua y queda al descubierto |
Reconocimiento de la pieza como una chimenea |
Chimenea camino de algún estudio arqueológico |
chapuceramente brutal, una excavación digna de Pepe Gotera y Otilio...
ResponderEliminarfirmado: el que acampa en Jauna
La excavación se ha hecho en condiciones serias pero no es serio avanzar resultados a la prensa sin datos confirmados. Hoy era el momento, no el martes.
ResponderEliminarBuena marea por Jauna.
Ai ama!
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