SANTANDER
Es una frase hecha en el vocabulario de algunos: “viaje de
trabajo”. Y esa expresión puede significar muchas cosas, a veces incluso
demasiadas. Para el fotógrafo viajero esa expresión es sinónimo de felicidad, o
al menos así lo es en mi caso. Porque el “viaje de trabajo” con sus dos
palabras fundamentales expresa dos voluntades, dos deseos asociados
necesariamente a la condición de fotógrafo: el de viajar y el de hacerlo
fotografiando.
En eso ando durante esta semana: de viaje. Y de ese privilegio disfruto
en primavera, acompañando el despertar de los bosques, a las nieblas y los ríos
cargados de agua, mirando a las montañas aún nevadas y a los turistas
fotografiando su mundo en fin de semana. Trabajar es duro casi siempre pero, en
ocasiones, también un privilegio
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Qué indibiaaaaaa...
ResponderEliminarLlora, llora, pobre viajero. Tu mochila-maleta estará ya preparada para el siguiente, estoy seguro.
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