26 de octubre de 2010

Extremos, no tan inhóspitos

Por experiencia, para la experiencia, siempre he preferido los cambios de clima que las condiciones estables. Cuando el cielo se ennegrece mejor que cuando luce azul, cuando la luz llega o se escapa mejor que con la luminosidad estable del mediodía.
Casi del mismo modo me satisface mirar el borde de las cosas más que el mismo centro. Por eso este trabajo de los extremos de Euskal Herria era un buen propósito para encontrar opuestos. Se han publicado imágenes de los puntos cardinales enfrentados, en un viaje visual desde un mar de arcillas a las  calizas pirenaicas, del frío helador del desierto al calor tórrido de las cumbres. Ese era el intento: encontrar oposiciones amables para la vista y la emoción. En el último número de la revista Euskal Herria.

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