12 de enero de 2010

A DIOS LO QUE ES DE DIOS... y a los periodistas la VERDAD

Eran expertos... conocían bien el terreno... estaban muy bien equipados...
Los periodistas siempre escriben y dicen lo mismo. 
Probablemente para acompañar el dolor, para apoyar a quienes sufren las pérdidas, para no entrar en polémicas. Es una buena medida.

Pero es tiempo de verdades.
Cuando la montaña está peligrosa -siempre es peligrosa- no hay que ir. Y quien va debe asumir los riesgos -meteorología imprevista, avalanchas, desprendimientos...-. 
Los tres esquiadores de Collarada debían conocer el riesgo de avalanchas, no en vano iban provistos de sus detectores ARVA activados. Los tres esquiadores no debían haber entrado en una zona con alto riesgo y sí haberse dado la vuelta. Los tres esquiadores, si debían cruzar esa zona peligrosa, debían haberse distanciado lo suficiente para poder asistirse mutuamente en caso de suceder lo que sucedió. Lo advierten los manuales de buenas prácticas del esquiador de montaña y los manuales de los detectores ARVA. No sirven para nada si estamos todos bajo el alud.
De nuevo los medios informativos han dicho lo de siempre... De nuevo los redactores no han dicho la verdad. 
El culpable del accidente no ha sido del temporal, el responsable no ha sido la montaña. Sí quien asume un riesgo excesivo y no pone suficientes medidas de protección. 
Nos duele que suceda pero más porque puede evitarse. Detectores, teléfonos móviles, materiales modernos y técnicamente perfectos nos permiten un margen de confianza demasiado alto, tan alto como el precio que pagamos por ellos, sobre todo en accidentes y vidas.


Nieve negra











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