Paisajes infinitos, incalculables masas de lavas arrastradas hasta el océano, montañas circulares que son volcanes y pueblos de blanco inmaculado. Todo alumbrado por las luces atlánticas, brillantes, intensas y luminosas a rabiar. Es así cualquier viaje por Lanzarote: mirando cráteres, rocas y cenizas de colores, acariciando intensos azules de mar, peinando vientos enrabietados que encrespan el alma, y tropezando conciencias y coincidencias donde manda lo humano sobre horizontes de piedra. Acaso nos falte el agua, el murmullo del río y la sombra del bosque pero no por eso estar aislado entre arrecifes y sobre volcanes es un apasionante ejercicio para el fotógrafo. Incluso si sospechara que en cualquier momento el suelo puede arrugarse y abrirse bajo sus pies.
9 de marzo de 2019
Volcanes, mares y luces canarias
Paisajes infinitos, incalculables masas de lavas arrastradas hasta el océano, montañas circulares que son volcanes y pueblos de blanco inmaculado. Todo alumbrado por las luces atlánticas, brillantes, intensas y luminosas a rabiar. Es así cualquier viaje por Lanzarote: mirando cráteres, rocas y cenizas de colores, acariciando intensos azules de mar, peinando vientos enrabietados que encrespan el alma, y tropezando conciencias y coincidencias donde manda lo humano sobre horizontes de piedra. Acaso nos falte el agua, el murmullo del río y la sombra del bosque pero no por eso estar aislado entre arrecifes y sobre volcanes es un apasionante ejercicio para el fotógrafo. Incluso si sospechara que en cualquier momento el suelo puede arrugarse y abrirse bajo sus pies.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
¡Preciosos paisajes, Santi! Para colmar tanto el sensor de la cámara como el cerebral...
ResponderEliminarGracias Kepa. Es una borrachera de paisajes, sin duda.
ResponderEliminar