Segunda parte y grabación terminada. Con trabajo duro, de sol a sol y pico, pasando calor y también frío, en pleno agosto. Con muchas satisfacciones, coincidencias magistrales como una meteorología regalando amaneceres con mares de nubes eternos, con la complicidad entusiasta de los pastores que ya son amigos. Con la esperanza de que las muchas horas de grabaciones y los testimonios vitales recogidos sirvan para montar un documental que, sobre todo, sirva de homenaje y estímulo a esa dura y cada día más difícil tarea del pastor, que alguien definió como "el jardinero de nuestras montañas".
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