Es
otoño, uno más y peculiar. Es hermoso porque el bosque vuelve a encender su
paleta de colores, es peculiar porque he estado hasta ayer encerrado en un
sinfín de tareas: de escritor, de fotógrafo, de piloto y de cámara aéreo y esta
la razón de mi ausencia en esta ventana pública.
Sí,
ahora son más multidisplinar que nunca. Porque ya trabajo desde el aire,
habilitado como piloto y operador de drones y esa mirada me acompaña
constantemente, con permiso del viento, los agentes atmosféricos y de las
limitaciones legales a esta práctica profesional.
Por
eso cada uno de los trabajos editoriales en los que he estado inmerso en los
últimos meses incorporan en el repertorio fotográfico imágenes aéreas tomadas
con una cámara que vuela, algo que parece interesa a los diseñadores. También
varias producciones de televisión y vídeo han montado no pocos planos guiados a
distancia por mis pulgares.
Parece
inevitable por tanto que este otoño la mirada de siempre se multiplique. Como
muestra van aquí tres botones que tendrán continuidad mientras el libro PARAJES INOLVIDABLES comienza ya su recorrido.
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