Así concluye el refrán que tiene su primera premisa en “año de nieves”.
Este lo está siendo, de nieves, quiero decir, para
satisfacción se supone de esquiadores, empresarios de los deportes blancos y
para agricultores que podrían felicitarse por la disposición de una buena base
para la siembra de sus campos.
No hay duda de que las nieves han fabricado magníficos
momentos para los fotógrafos; para los reporteros del paisaje regalando
estampas magistrales, para los documentalistas que han podido lograr
instantáneas inéditas en los últimos decenios, para los prensistas que han
podido buscar pueblos aislados y sufridores de las inclemencias y por supuesto
para los paisajistas que hemos visto convertirse en blancos rincones de otros
colores. Yo tampoco me puede resistir a echarme al campo sin necesidad, sólo
por el placer de mirar, solo por descubrir ese reflejo, aquel árbol escondido
bajo su abrigo níveo o cómo el río se sigue abriendo paso incluso fuera de sus
cauces cotidianos. Sentir de cerca el frío y la crudeza del clima enseña a
disfrutar mucho más de la calidad de vida que nos aguarda puertas adentro y
verle los dientes al temporal nos previene sobre las fuerzas de la naturaleza.
Ahora se anuncia el retorno del frío y es momento de preparar los bártulos para
ponerse de nuevo en ruta.
Pese a las promesas del refrán nada de lo que respiramos
apoya las conclusiones del mismo. Si no es año de bienes desearemos que al
menos lo sea “de nieves” y también que estas nos pillen siempre con las botas
puestas.
Me encanta tu trabajo ,desde que descubrí el libro de Terranova ,hace ya mucho tiempo...mis ojos eran los de un chaval que soñaba mucho ...pero algunos sueños se hicieron realidad...un saludo !!
ResponderEliminarSaludos Agus. Verás que he estado viajando unos días... en el desierto de lava. Comparto contigo la idea de soñar, incluso si el sueño sigue siendo eterno.
Eliminar