Montañas en el mar |
Hoy ha sido el “Día internacional de la fotografía”, una de
esas celebraciones que pasan casi siempre desapercibidas para el mundo a
excepción de unos pocos involucrados. Ese sería mi caso, el del
desapercibimiento, de no haber mediado una invitación del Photomuseum de
Zarautz a los actos que se habían programado: ofrenda floral al monumento de
Daguerre, un recital de versos y la proyección de un documental sobre el
escultor Chillida.
No podré relatar cómo ha sucedido el evento porque no he
podido asistir. No estando demasiado lejos, las primeras luces de este día
internacional me han atrapado en el mar, fotografiando montañas precisamente.
He optado por dirigir mi trabajo durante estos días de insoportable canícula
sahariana junto a las olas y como nos han enseñado desde siempre a los
fotógrafos he trabajo durante las primeras horas de luz y esperado la compañía
de las estrellas, aprovechando lo mejor del sol a mediodía: permanecer a la
sombra fresca.
Que nadie me diga otra vez –como tantas me han dicho- qué
hago yo junto a las olas. Parece normal y necesario encasillar a cada cual en
una especialidad y si bien es cierto que he publicado una mayor parte de mi
trabajo fotográfico relacionado con los paisajes y la montaña me encuentro muy
a placer imaginando e indagando imágenes en otros muchos contextos sin
cimas ni alturas.
Volviendo al título de esta entrada hay que recordar que esta
efemérides se celebra el 19 de agosto porque en esa fecha, en el año 1839, se
anunció un sistema que permitía registrar fijar la imagen durante largo tiempo:
el Daguerrotipo, inventado por el francés Louis Daguerre.
Curiosamente el invento lo había
patentado Daguerre en Inglaterra el día 14 de agosto y el día 19, sin conocer
esta acción, François Arago, diputado por los Pirineos Orientales, lo anunciaba
oficialmente en la Academia
de las Ciencias.
Las primeras imágenes
fotográficas efímeras y sin capacidad para conservarse las había realizado su
paisano Nicephore Niepce en 1826; suya es la que se considera la primera
fotografía, tomada en la terraza de su casa de París con una exposición de 8
horas en una placa emulsionada con betún de Judea.
Ha pasado mucho tiempo pero deberíamos seguir experimentando
como aquellos.
Emergentes |
Mar de nubes o Nubes de mar |
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