21 de diciembre de 2009

PISAR a ESPAÑA

Hoy he tenido un frío placer. He podido pisar a España, desde su punto más alto que es el Teide, a 3718 m.
Apestaba a azufre, como acostumbra, lanzando bocanadas de vapores en lo más frío de un amanecer sacudido por un viento gélido de casi cien kilómetros por hora.
Curioso que lo más elevado de España esté podrido por dentro, sus laderas sean un caos de varios colores y sus caminos o estén prohibidos o necesiten una autorización especial para transitarlos.
El Teide es, aparte de aquello, un epicentro, una figura omnipresente desde casi cualquiera de los rincones de su isla que dicen “afortunada”. Subirlo a pie no es un paseo aunque si lo es recrear la mirada en un mar de rocas caprichosas.
Es un señor volcán y su abrazo es magnífico.


Frío en lo más alto de ¿España?

Alfombra sólida sobre el mar de lava

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