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Cardones a pie de ruta |
El
titular se lo prometí a un argentino de alma navarra a un costado del centro de
la ciudad de Salta. Después de haber pasado sin problemas dos largos meses en
el campo base del Everest nunca pensé que la altitud golpearía tan fuerte en mi
cabeza. Pero la Puna es otra cosa y eso lo supe ante unas empanadas salteñas
cuando me dijeron que ya está acuñada la expresión de “estar apunado” para
referirse al efecto de la altitud en la región de la Puna, al vivir entre los
3.500 y 4.500 metros. Dolor de cabeza, somnolencia, malestar y fatiga
constantes son algunas de las manifestaciones más leves; las náuseas, falta de
apetito y hasta ocasionales edemas pueden terminar agravando las consecuencias.
Pues
sí, yo también estuve apunado mientras viajaba desde la frontera de Bolivia con
Argentina hacia el sur, procurando seguir desde La Quiaca la pauta de una ruta
que un día soñé recorrer: la N40 argentina. Vi por primera vez sus trazos hace varios años
en las tierras patagónicas y entonces me dije que algún día haría ese viaje. No
lo he terminado pero sí iniciado. La 40
recorre en el norte argentino parajes infinitamente solitarios, atraviesa
valles inmensos bajo montañas inalcanzables, zigzaguea entre inverosímiles
caprichos de la geología, visita aldeas donde viven pequeñas poblaciones
indígenas o recala en pueblos instalados acá en un desierto, allá en un
paraíso.
Poca
Cuarenta porque me atrapó el invierno, porque los ríos estaban helados, porque
mi calendario era limitado, pero suficiente para prometerme el regreso. Para
volver a llenar el coche con los niños que caminan cada día media docena de
kilómetros hacia su escuela; para escuchar a la enfermera que, balanza romana
en mano, hace auto stop para ir a visitar a las parturientas y a pesar a los
bebés, casa por casa; para descubrir los viejos caminos incas o los poblados de
los Quilmes y por supuesto para fotografiar horizontes, vidas y pasiones.
Yo
también estuve apunado de viaje por la 40 argentina. Volveré.
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De la quebrada de Humahuaca, puerto arriba |
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En La Quiaca |
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Caprichos de la geología |
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El ripio en rectas infinitas |
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Salinas Grandes y su horizonte eterno |
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Ríos Helados y montañas de colores |
espectacular como siempre
ResponderEliminarSí, Rober, muy espectacular. ¡Qué dibujos harías!
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