12 de abril de 2010

El caballo que no quería bailar

Sucedía en Luzaide, tras una noche de lluvias incesantes y nieve por las montañas. Apenas habían podido los bolantes aventurar algunos bailes entre chaparrón y aguacero, uno en la plaza bajo cubierto y no pocos en Arnegi, los más al interior de las tabernas acompañados de bizcochos, galletas y vino dulce en abundancia. Los caballos se habían quedado esta vez sin desfile, abrigados en el corral. Pero la tarde se dibujó de sol y buen calor y en el prólogo de la sesión de bailes los sacaron para hacerse la foto de familia. Eran dos, casi tanto el uno como el otro resistiéndose a la pose, oponiéndose al desfile de los danzantes y poniendo su mala cara en escena. No bailaron los caballos en Luzaide pero los bolantes se prodigaron a gusto.
Sucedía, como cada año en domingo de resurrección, en ese maravilloso rincón del Pirineo donde las montañas encajonadas siguen guardando la leyenda de Carlomagno.


2 comentarios:

  1. Kaixo

    Pero porque te sigue a ti la lluvia? vaya pena. De como describes y por las fotos que veo tiene que ser un día precioso para visitar. Igual la siguiente vez ¿"alguien" avisa o invita? jajajaja

    musu

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  2. Con este son ya tres los años con lluvia en Luzaide. Pero eso no evita el mágico salto de los bolantes que por un instante parecen levitar en su baile. Para visitar una vez en la vida... por lo menos.
    El domingo 18 Maskarada en Gamere...

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