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10 de diciembre de 2009

LONDON stress

Parece que el Big Ben me esperaba. Creo que lo hacía para tocar el mediodía cuando yo llegara. No pude escucharlo al sonar a media tarde, a la hora azul, cuando la city comienza a sumirse en la oscuridad. Entonces sus nervios parecen calmarse pero, aunque el Támesis parece navegar tranquilamente, a uno y otro lado corre una vida demasiado apresurada.
En Londres todo lleva demasiada velocidad menos el tráfico sumido en los atascos. Es difícil sustraerse a su estres, difícil huir de su vida mercantil también de sus negros elegantes y de sus rojos emocionantes.
Londres me ha regalado algunos momentos hermosos. Eskerrik asko!.




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