27 de mayo de 2014

Un trípode en el cielo



ARATZ y AIZKORRI
Ya tengo un trípode en el cielo. Así le dicen quienes lo fabrican y ponen a punto. Tiene cuatro hélices, un esqueleto de plástico y de sus tripas cuelga una cámara estabilizada. Le dices desde tierra a donde quieres que vaya, que suba, que baje que mire aquí o allá y cuando lo que ve te emociona un poco pulsas el disparador.
Como herramienta es una buena ayuda para quienes disfrutamos con los ángulos inéditos.
Prefiero volar de verdad y pedirle a mi piloto rumbo, altura y orientación pero el precio es desorbitado y a él y su máquina no me los puedo llevar conmigo allí donde voy. Este cuadrúpedo me acompañará ahora a menudo. Las perspectivas del patrimonio, los paisajes, las vistas ayer imposibles cobrarán nueva vida imaginada.
Para muestra unos cuantos botones de las primeras pruebas. ¡A volar!






16 de mayo de 2014

Encaminado. Camino de Santiago 2014






¡Qué cosas! Acabo de salir de una misa en la que había fieles de una veintena de países. No eran más de un centenar, pero todos fieles, seguro. Porque de las cerca de cuatrocientas personas que iniciaron hoy la más dura de las etapas que el Camino de Santiago tiene en Euskal Herria ese centenar ha participado en la misa del peregrino. El resto, la mayoría, estaban ya a esas horas reposando sus reales del esfuerzo realizado por gentes que en muchos casos no están nada acostumbrados a caminatas y desniveles importantes. Como la austriaca que los Bomberos de Burguete han tenido que bajar exhausta desde el collado de Lepoeder.
Sin decirlo queda claro que estoy encaminado. Hacia Santiago aunque mi destino no alcanza tan lejos. Fotografío algo tan visto y contado como el Camino, que dicen es sobre todo interior, y al que intento poner una pizca de difícil originalidad. En amistosa competencia con un equipo de documentalistas americanos que siguen a una cuadrilla de compatriotas para contar también qué es eso del “Buen Camino”.
No es nada fácil mirar adentro de las personas que caminan deprisa con la preocupación de si llegarán a tiempo para tener cama en el albergue, que destilan infinidad de motivaciones diferentes. En ello andamos, ahora en ese emblemático lugar de Euskal Herria por el que han pasado y pisado cientos de culturas diferentes. Tierra de viejas fronteras, de disputas pero también de intercambios; amiga de las nieblas tanto como de horizontes inmensos y también abrigo de un edificio simbólico: Roncesvalles



12 de mayo de 2014

Retrato de Ucrania



Dos Ucranias: una antes de Maidan, otra después de Maidan y ahora mismo. Casi nadie sabía nada de Ucrania antes de explotar las manifestaciones generadas tras la negativa de su gobierno a inclinarse hacia Europa. Lo que sucedió después ya es sabido porque han corrido ríos de tinta y el mundo sabe dónde está y de su división social, de su lado prosoviético y de su lado antisoviético.
Mi viaje a Ucrania tuvo la casualidad de coincidir con las primeras manifestaciones de la plaza Maidan. Y por allí pasé en varias ocasiones, fotografiando y mirando la vida.
En todo mi viaje, muy relajado y sin pretensiones fotográficas, busqué la mirada de las gentes de Ucrania con el objeto de tener un pequeño retrato diverso del país. Aprendí cómo se decía en ucraniano ¿me deja hacerle una fotografía? Y con ese mensaje detenía a personas que me iba cruzando por las calles. No podíamos entendernos en un idioma común; salvo con dos de ellas con conocimientos de inglés y una de castellano no hubo más conversación que un agradecimiento. Muchas dijeron que no, otras se quedaron sorprendidas, cada una puso su gesto fotográfico, el que quiso mostrar al fotógrafo.
Es curioso: predominan las sonrisas. ¿Serían sonrientes ahora los retratos de Ucrania?