26 de marzo de 2013

El "Basajaun" que nadie vio



Si, estuvieron los de la tele, fueron los de la prensa, los redactores, también los fotógrafos. Todos buscaron un ángulo bueno para enseñar el portento de la figura de Basajaun, el gigante que el artista Rober Garay puso en pie desde las entrañas del bosque de Busturia, también sus figuras geométricas, sus asteroides, sus fantasías de madera. Nadie pudo convertirse en pájaro y mirar como lo hace ellos, desde la rama del eucalipto, desde la copa del pino, junto al brote del aliso.
Por esta vez fui pájaro durante un rato y mi ojo óptico recogió estas miradas, de un Basajaun libre en el bosque de Urdaibai. 

Así se vio Basajaun en los medios: 


Rober Garay junto a su eucalipto criptograma




21 de marzo de 2013

Fotógrafo bailando


Bueno, es un decir. Porque bailar, bailar… poco. Pero amar el baile, analizar la fiesta y entusiasmarse con sus acontecimientos es una tarea frecuente del fotógrafo que esto escribe. Se aficionó a base de fiesta y sensaciones y terminó por convertir el análisis de aquella en una de sus especialidades. Hasta el punto de desarrollar un constante trabajo documental en el entorno de la fiesta.
Por eso, ahora que Euskal Museoa-Museo Vasco organiza una exposición sobre las Danzas Tradicionales de Bizkaia, el cartel anunciador del evento, la invitación personal y algunos impresos más están vestidos con algunas fotografías procedentes de este fondo documenta, también la propia exposición,  en la que deambulan además dantzaris de cartón piedra vestidosde fiesta y gala en ademán de enseñar modo y traje de danza.
Hasta el 23 de junio próximo está abierta la exposicion que se inaugura con presencia de autoridades, estudiosos y dantzaris el 21 de marzo. Están todos invitados.

Basauri

Lanestosa

Lanestosa

Markina

Lekeitio

Orduña


Bueno, es un decir. Porque bailar, bailar… poco. Pero amar el baile, analizar la fiesta y entusiasmarse con sus acontecimientos es una tarea frecuente del fotógrafo que esto escribe. Se aficionó a base de fiesta y sensaciones y terminó por convertir el análisis de esta en una de sus especialidades. Hasta el punto de desarrollar un constante trabajo documental en el entorno de la fiesta.
Por eso, ahora que Euskal Museoa-Museo Vasco organiza una exposición sobre las Danzas Tradicionales de Bizkaia, el cartel anunciador, la invitación personal y algunos impresos más están vestidos con algunas fotografías procedentes de este fondo documenta, además de acompañar a otra imágenes y dantzaris de cartón pìedra vestidos de gala y fiesta en ademán y gesto de baile.

Hasta el 23 de junio próximo está abierta la exposicion que se inaugura con presencia de autoridades, estudiosos y dantzaris el 21 de marzo. Están todos invitados.

13 de marzo de 2013

Nieve en el desierto

El Teide se mira en el espejo
Que al fotógrafo de paisajes le sorprenda una luz infraganti es un regalo. Que al fotógrafo de lo natural se le cruce el mal tiempo es una buena oportunidad. Que al fotógrafo viajero se le ponga delante sin avisar un temporal es una provocación. Especialmente lo es si viaja a un lugar que se supone cálido, donde predomina la tierra árida e inhóspita y de pronto se encuentra caminando bajo la lluvia torrencial o despierta con la nieve en los pies.
Era la isla de Tenerife, entre las costas del norte y los acantilados del sur, con el parque natural del Teide en el centro. El viento se llevó ramas de palmeras, desprendió rocas, dejó a las gentes protegidas en sus casas y trajo las nubes; las nubes dejaron la tormenta, aquella el agua y el aguacero, el frío y la nieve. Y el Teide amaneció blanco como la cal, brillante y espectacular, deslumbrante en el horizonte del desierto volcánico.
Se creó el espejo sobre la arena, la montaña se miró en él y, viéndose hermosa, lo anunció silbando a las nubes y asomándose a todos los horizontes; se atrevió incluso a coquetear con un singular sombrero blanco.
En Tenerife, mientras la nieve llegaba al desierto, el mar siguió extremeciendo los acantilados de lava y mareando las playas negras. Toda una tierra de contrastes.











3 de marzo de 2013

Publicando, de fiesta y de costa


Los puertos pesqueros tienen un pulso singular. Descansan acunando sus embarcaciones en los inviernos y tiempos duros dejando a los marineros apenas mirar al horizonte; luego se vacían cada día viendo partir a sus habitantes flotantes que regresan al poco llenando de vida y ajetreo los muelles. También se quedan desiertos cuando las campañas obligan a largas permanencias tras la pesca, en los mares del Gran Sol, acaso en el Atlántico, dejando siempre un halo de incertidumbre tras las cortinas.
Ese pulso es la fuerza de los puertos, el ir y venir que les da la vida y los pinta de colores diferentes. Ese pulso es el que nos invita a soltar amarras en este viaje también singular.

No es casual que la ballena esté en los escudos de la mayoría de los pueblos costeros vascos: Bermeo, Elantxobe, Lekeitio, Ondarroa, Mutriku, Hendaia… Está porque desde antiguo los pescadores vascos sacaron de su alma el espíritu viajero y las persiguieron al paso ante las costas del Golfo de Vizcaya tanto como en los lejanos mares del norte. Ballenas y traineras están casi siempre juntas en esas imágenes de piedra pero la realidad habla mucho más de pescados no tan épicos, de peces más pequeños que siempre se buscaron partiendo de los puertos vascos para dar sustento a una importante población y siguen marcando aún el pulso de familias enteras.

BERMEO

Son los primeros párrafos del reportaje sobre los puertos vascos que la revista Euskal Herria ha publicado en su último número. Con fotos que recorren el litoral vasco, de puerto en puerto, intentando descubrir su alma. La edición es austera y fundamental y bastantes fotografías en pequeño tamaño enseñan el trabajo de un modo poco espectacular.





Hacemos parecido llevando al francés algunos rostros del carnaval tolosarra. En un medio nuevo, en una revista recién nacida que se aventura en el difícil mercado del papel impreso.
¿Vendran mejores tiempos?