26 de junio de 2010

Exceso de ¿autoridad?



Es imposible evitar volver la cabeza cuando en la calle se oye un grito de dolor. También es imposible cuando uno lleva el oficio a cuestas evitar sacar la cámara de la mochila, apuntar y denunciar. A sabiendas de que a continuación el polcía uniformado vendrá a pedir acreditaciones, a preguntar y a exigir ver las imágenes; no sea que el fotógrafo hubiese captado alguna actitud impropia.
El origen del grito venía de una pared; contra ella había un joven, a su espalda dos fornidos poilicías, cada uno asido a uno de sus brazos retorcidos ambos a la espalda del muchacho que solo podía quejarse de dolor. El joven terminó arrodillado y aflojado de sus ataduras tras el gesto del fotógrafo mientras sus amigos solo podían mirar.
Cuando oimos y vemos acciones como esta en la calle, a las puertas de una estación... ¿qué pasará entre paredes, en las furgonetas, en los pasillos escondidos a las cámaras?

18 de junio de 2010

Sucedidos griegos


Me toca mesa, me tocan jornadas de trasero reposado y organización de bits. En esta tarea me he topado de nuevo con las calles y rincones de Atenas y de ellos traigo aquí algunos recuerdos que interrogan. ¿Por qué se han roto las cuentas de la economía griega? Yo no tengo la respuesta y las imágenes tampoco lo consiguen; creo.



El cielo vuelve a llorar



Mucho, mucho… Más parecía un llanto con rabia, que un lamento triste. Tanta rabia que se han retorcido también los paisajes por un tiempo. Tan verdes, tan exuberantes esta primavera, de pronto han quedado como asustados. También creo que lo estaban los acompañantes del Nervión que veo cada día que camino junto al río. La garza se volvió a refugiar en lo más alto del puente de Bitorika como si temiera lo peor, igual que hace cada vez que llega un temporal de nieve. Los patos, desconcertados, se apostaban en los muros sobre el cauce mirando como si no creyeran lo que estaban viendo. Abajo el río fabricaba enbravecido turbias olas desacostumbradas de color chocolateado.
Una pintada que pide independentzia! Grafiteada en uno de los muros de canalización delató durante horas como subía el nivel hasta llegar a los puntos sobre las I.
Hasta la medianoche. Luego, pasadas las alarmas en las riberas, el cauce bravo se dulcificó y el chocolate se quedó en crema. Aunque el cielo se quedó triste muchas horas todavía.
Pregunté pero nadie me supo decir por qué tanto llanto, por qué tan larga la tristeza en el cielo.
¿Lo sabes tú?

9 de junio de 2010

ESPIRAL


Como la vida misma, dando vueltas alrededor de nosotros mismos. Así parece que funciona el mundo y eso me lo enseñó también la anciana que dormitaba, acaso soñando con su próximo viaje de placer, mientras volaba lejos de su casa. Me lo enseñó en su anillo espiral, de perfecto diseño y pulcro brillo adornando una mano añosa, probablemente llena de experiencias. Acaso la función de aquella espiral fuera captar las energías del entorno para interiorizarlas en una constante intención de rejuvenecer. ¿Quién sabe?

3 de junio de 2010

Días de bata blanca

Por causas propias y ajenas me toca convivir con el dolor. Veo a mi
alrededor rostros y expresiones dolorosas mezcladas con la esperanza,
también con la prisa y la rutina.
Trajín de batas blancas, de batas rosas o azules, de trajes verdes con
olor a quirófano y hospital. Salas de espera abarrotadas,  conversaciones
de vida y supervivencia  y en medio siempre el dolor. Pero este dolor tan
civilizado me lleva a pensar en otros dolores que lo son menos, en
aquellos que cuentan con menos recursos, en los que casi no pueden pedir
ni socorro, en los que el dolor solo espera a la muerte.
En cierto modo concluyo que la experiencia del dolor es una lección de
vida en la medida que aparta de lo cotidiano para centrarse en él como
única atención. Hoy el dolor y el sufrimiento sigue por los pasillos,
caminando o en camilla, o simplemente en el corazón.
Lo he visto así en una imagen fugaz atrapada en un instante sin oportunidades para la reflexión.